MEDICINA

 

SEGUIMIENTO CLÍNICO DE PATOLOGÍAS PRODUCIDAS POR METALES.

ANÁLISIS EN MUESTRAS DE ORINA POR ESPECTROMETRÍA DE EMISIÓN DE PLASMA ACOPLADO POR INDUCCIÓN (ICP-AES)

Los metales constituyen el principal grupo de sustancias tóxicas con mayor incidencia sobre la salud, a través de la exposición ambiental y ocupacional. Una indicación sobre sus peligros potenciales, es su posición en las listas confeccionadas por su posición en las listas confeccionadas por "U.S. Agency for Toxic Substances and Disease Registry", que clasifica a las sustancias de acuerdo tanto a su incidencia en producir enfermedades como a la severidad de los efectos tóxicos. Los metales pesados ocupan el primero, segundo, tercero y sexto lugar de esta lista; plomo, mercurio, arsénico y cadmio.

Por otra parte, cada vez es mayor el conocimiento sobre el papel fisiológico de los elementos trazas. La deficiencia o la absorción desigual si puede conducir a cambios bioquímicos o patológicos. A través de la nutrición esencial, varios elementos trazas, cuando se ingieren en cantidades excesivas, pueden producir un amplio rango de efectos tóxicos de carácter crónico.

Como consecuencia de lo expresado anteriormente, muchos países han desarrollado normativas que regulan la industria alimentaria, salvaguardan el medio ambiente, y protege a los trabajadores. Estos se hallan en mayor riesgo que el público en general, ya que los metales son usados en muchos procesos industriales. Por otra parte, el público puede estar expuesto a los metales en el caso de desastres ecológicos, como el vivido durante el año 1998 con el vertido de residuos de las minas de Aznalcóllar al río Guadiamar.

Desde hace años se ha reconocido el valor del control clínico a la exposición metálica a la que se encuentran sometidos los trabajadores. Así en 1985, la American Conference of Governmental Industrial Hygienists (ACGIH) propuso el índice de exposición biológica (BEL), que a lo largo de los años ha dado origen a los BEL de casi todos los metales. Como control de la exposición metálica se ha usado ampliamente la muestra de orina.

Para la protección de las personas expuestas y no expuestas se han establecido niveles de alerta y normales para metales tóxicos en orina.

Por su estabilidad atómica, los metales pueden ser investigados y cuantificados en diferentes medios biológicos, aunque hay que tener en cuenta que el significado clínico de los resultados obtenidos no siempre es claro por varios motivos, entre ellos por la variabilidad en las condiciones de la toma de muestra, por no disponer de suficiente base estadística y epidemiológica y por la diversidad de métodos analíticos aplicables, con muy diferente sensibilidad y especificidad. Como ejemplo puede citarse el caso del aluminio, del que se consideraba como nivel normal en suero una concentración superior a los 100mg/L, pero que con el empleo de técnicas más sensibles ha sido reducido al orden de 1 a 5 mg/L. Por ello, ha sido preciso desarrollar procedimientos analíticos capaces de medir niveles extraordinariamente bajos en ocasiones. El método que se elija debe posibilitar el análisis de todos los metales y para todo tipo de muestras, y lo que es más importante, debe ser sensible, exacto y preciso.

Por ello, hemos puesto a punto un procedimiento simple y rápido para determinar simultáneamente 17 metales (arsénico, bismuto, cadmio, calcio, cinc, cobalto, cobre, cromo, hierro, litio, magnesio, manganeso, mercurio, níquel selenio, plomo y talio) en orina, por Espectrometría de Plasma de Argón por Inducción (ICP-AES). El análisis requiere sólo la dilución de la orina con agua desionizada, cuyo factor de dilución depende del elemento. En el caso de los metales que se determinan previa formación del hidruro, la orina sólo se acidifica y no requiere dilución. Por ser la orina una matriz rica en elementos ionizables, que modifican las características del plasma, los patrones deben ser preparados en un medio similar, "orina simulada". En el análisis de la mayoría de los elementos se usan varias líneas de emisión, con el objeto de obviar con los resultados obtenidos la existencia de interferencias espectrales o químicas. Los límites de detección para cada elemento y con la línea más favorable, son los siguientes: 0,8 mg AF/L, 5.4 mg Bi/L, 0,7 mg Cd/L, 1,3 mg CA/L, 0.2 mg/Zn, 1.2 mg CO/L, 1,7 mgCu/L, 3.1 mg ZN/L, 1.2 mg/Co/L, 1,7 mg Cu/L, 1.0 mg Mg/L, 0,4 mg Mn/L, 0,7 mg Hg/L, 4,5 mg Ni/L, 10,2 mg Pb/L, 5,9 mg Se/L y 22.2 mg TI/L. La repetibilidad y reproducibilidad son excelentes para la mayoría de las líneas, menos en los casos de plomo y talio. Para validar el procedimiento se ha empleado un material de referencia de orina, con valores certificados de metales, obteniéndose resultados muy reproducibles. Las concentraciones conseguidas con ICP-AES se han comparado con las obtenidas por Espectrofotometría de Absorción Atómica Electrotérmica y, al aplicar el método de las rectas de regresión, se demuestra que no existen diferencias significativas en las concentraciones deducidas por ambas técnicas. El procedimiento propuesto es rápido y simple, requiere poca muestra, tiene características analíticas aceptables y, por consiguiente, puede ser empleado como análisis de rutina por laboratorios clínicos o con fines clínicos.

Dr. Miguel López Aguirre

Doctor en Ciencias Químicas.