MEDICINA |
RECOMENDACIONES DIETÉTICAS GENERALES PARA PREVENIR LA ARTERIOSCLEROSIS La enfermedad arteriosclerótica es una integración de una serie de factores de riesgo dietético, ambientales y específicos de cada población. Por tanto, no podemos decir que sólo y únicamente el consumo de una dieta correcta asegure el no desarrollo de la enfermedad. Sin embargo en los estudios de intervención dietética realizados hasta la actualidad, se muestra una disminución clara de la mortalidad coronania atribuible al descenso de colesterolemia. Aproximadamente
un 20-25% de las personas aparentemente sanas de la población general muestra
niveles de lípidos séricos superiores a los deseados. Estas elevaciones, en
caso de ser leves o moderadas, responden la mayor parte de las veces a una dieta
adecuada, sin necesitar tratamiento farmacológico alguno. El
primer objetivo de la dieta es conseguir y mantener el normopeso o peso ideal. La
variedad de la alimentación es clave desde el punto de vista nutricional. La
dieta comienza en la compra. Deben leerse las etiquetas y evitar alimentos
precocinados o que contengan grasas vegetales sin especificar. Debe
aumentarse el consumo de pescado ( al menos 6-8 raciones por semana ), tanto
blanco como azul, disminuyéndose el de carne, a la que ha de eliminarse la
grasa visible. El
consumo de fruta fresca debe ser diario. Es conveniente aumentar el consumo de
verduras y legumbres. Debe
intentarse utilizar aceite de oliva virgen como única grasa dietética. Otros
aceites recomendables son los de girasol y maíz. Hay
que evitar bollería y pastelería industriales. Asimismo, deben consumirse con
moderación los postres caseros. El
ejercicio regular ayuda a cumplir la dieta y a controlar la presión arterial,
junto a una mejoría del perfil lípido.
Cinta
Montilla López
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