PSICOLOGÍA

 

DEPRESIÓN POST-NAVIDEÑA

Entre los astronautas americanos se da un fenómeno muy curioso: tras haber terminado con éxito una misión espacial y terminado los fastos y celebraciones del acontecimiento, generalmente entran en un estado de ánimo deprimido y tedioso que se prolonga durante un espacio de tiempo bastante prolongado hasta que se habitúan otra vez a su nuevo estilo de vida.

Todos tenemos la experiencia de que cuando ha terminado un acontecimiento en el que se tenían depositadas grandes expectativas (una boda, un cumpleaños, etc., se es muy propenso a caer en un estado de ánimo depresivo, siendo esta depresión independiente del hecho empírico del cumplimiento o no de las expectativas que se tenían sobre el acontecimiento en sí: indudablemente si éstas no se han cumplido o se han cumplido mínimamente, la frustración primaria por sí misma (el sujeto experimenta menos premio del que esperaba) origina agresividad y depresión. Un ejemplo clásico es la terminación de las vacaciones o la finalización de cualquier fiesta, incluida las terribles para algunos tardes de Domingo o las vacaciones navideñas. El menor número de estímulos excitantes que se aproximan, el tener que trabajar otra vez en tareas más monótonas, el abandono de amigos o familiares que se dispersan, todos estos factores contribuyen a crear un estado de ánimo negativista y gris.

Naturalmente, un poco de melancolía es normal e incluso saludable sentirla cuando se termina algún hecho alegre y satisfactorio, estos estados de ánimo forman parte del ciclo de la vida, no habría vacaciones si no hay colegio, pero cuando se convierten en transtornos, cuando interfieren en nuestra cotidianidad, es cuando hay que prestarles más atención y consultar al profesional que nos puede aconsejar y ayudar.

Este tipo de depresiones son muy conocidas en psicología de la conducta y es debido a la expectativa de disminución en cantidad y calidad de los futuros reforzadores (Crespi, 1.942. Hutt, 1.954). Estos cambios en cantidad y calidad de los reforzadores han sido muy bien ilustrados por Mellgren (1.972) en estudios con ratas y sus respuestas en los cambios de distribución de premios.

Para paliar en los astronautas estos estados de ánimo tan desagradables, los psicólogos de la NASA han incorporado en los programas de entrenamiento de los vuelos espaciales, nuevas metas y tareas muy concretas e inmediatas a la conclusión de la misión principal con la finalidad de crear en estos hombres nuevas expectativas sustitutorias y de esta forma dar la sensación de que la fiesta continúa, de que hay que seguir preparándose para otra batalla, que la guerra no ha terminado.

En definitiva, el hombre como sujeto que hace, que transforma la realidad, debe estar continuamente buscando nuevas metas, transformando y ejecutando nuevos sueños, pues esa es su finalidad, y quedarse sin metas enriquecedoras es someterlo a la peor condena posible.

Programemos para después de las fiestas navideñas recompensas concretas y a corto plazo no sólo a nosotros mismos sino también como ayuda a los demás; fijemos nuestra imaginación en futuras metas por conseguir y dejemos atrás lo pasado.

Por ejemplo:

  • Se aproximan las rebajas. Haga una lista antes de Navidad de cosas que necesita y adquirirá en las rebajas; para Vd. o para regalar, y sueñe con ellas algunos días antes de comprarlas.

  • Márchese de excursión con unos prismáticos a contemplar en Grazalema las paradas nupciales de los Buitres Leonados.

  • En el Cantábrico desovan las sardinas, es tiempo de comprarlas.

  • Visite un hospital o a alguien enfermo.

  • Regalemos un comedero a nuestros inseparables gorriones.

  • Confeccione su propia lista de actividades para Enero y le garantizo un mejor estado de ánimo tras las alegres fiestas navideñas.

Javier Guajardo-Fajardo Ibarra