ARTÍCULOS VARIOS

 

LA DANZA EN LAS FIESTAS DE ANDALUCÍA

El origen de las danzas es tan antiguo como la misma humanidad y, ya desde sus comienzos, presenta un carácter religioso que llega hasta nuestros días. La danza, en el contexto de la fiesta, se presenta generalmente como instrumento liberador de energía en homenaje a la divinidad, y, como tal, está presente en Andalucía al menos desde Estrabón, que "danzan cogidos de la mano". Marcial y Juvenal, hacia los años cien d. de J.C. recuerdan la gracia de las bailarinas gaditanas. A partir del siglo XV la repoblación de algunas tierras andaluzas hacen llegar a nuestra geografía diversas danzas de palos y espadas, procedentes tanto de Castilla como del País Vasco. El siglo XVI trae consigo la eclosión de las danzas religiosas como exteriorización de fe; la Iglesia, tras el Concilio de Trento, trata de catequizar a los fieles de todas las formas posibles, y toma de los ritos paganos todo aquello que puede hacer que el fiel se acerque más a Dios. Nacen así las danzas en honor de los santos patronos, que tienen lugar tanto dentro como fuera del templo.

Actualmente se siguen ejecutando en nuestra comunidad una serie de danzas rituales que podemos enmarcar dentro de varios epígrafes:

  • Danzas de adoración: son las que se realizan en honor, generalmente del Patrón o la Patrona de la de la localidad. Se suelen acompañar de cascabeles, castañuelas, etc. Entre ellas, el "bailes de los pasillos" de Níjar (Almería), con ritmo de verdiales y letras de fandangos de la localidad; los "danzantes de San Isidro" de Fuente Tójar (Córdoba), danzan el 15 de mayo de cada año en honor a su santo patrón, acompañando a la procesión del santo delante la imagen, con una indumentaria de la que cabe resaltar sus enormes sombreros en forma de tiara; la "danza de las tentaciones de San Antón" de Orce (Granada), que se danzan en la localidad al menos desde el siglo XIX, danza masculina como las anteriores, realizada en la localidad al menos desde el siglo XIX, danza masculina como las anteriores, realizada los días 16 aL 20 de enero en honor de San Antón; la "danza de los cascabeleros" de Alosno (Huelva), de la que se tiene noticias desde 1444, que tiene lugar el día de San Juan, acompañada de tambor y gaita, con tres tipos diferentes:"el coro" que se baila dentro de la iglesia, "la folía", paso de procesión que se lleva a cabo ininterrumpidamente mientras dure la misma, y la "danza guerrera", que se realiza en círculo girando siempre en el mismo sentido; en la indumentaria de los danzantes hay que resaltar los cascabeles que llevan atados a los tobillos y que dan nombre a la danza; los "danzantes de Santa Marina" en Cañaveral de León (Huelva), el 21 de julio danzan en honor a la santa, cuya devoción está documentada desde 1879; la "danza de la tórtola", en Hinojales (Huelva), en honor de la Virgen de la Tórtola, realizada siempre por un número impar de hombres, que va de siete a once; el "poleo" de El Cerro de Andévalo, llevada a cabo por mujeres, la mayordoma y las jamugueras, en honor a San Benito, el primer domingo de mayo, siendo de destacar la enorme riqueza de la indumentaria de las danzantes; los "danzantes de la Virgen de la Esperanza" y los "danzantes del Santísimo Sacramento" de Cumbres Mayores (Huelva), que danzan tanto el día de la patrona como en las fiestas del Corpus, teniendo en cuenta que en la procesión de ese día, los danzantes de la Virgen lo hacen dando la espalda al paso y los de Santísimo siempre dando la cara a la Custodia y danzando hacia atrás. Por último, como danzas de adoración no podemos olvidar a los "seises", que en la actualidad danzan en varias ciudades andaluzas, especialmente en Sevilla, Córdoba y Guadix; son danzas ejecutadas en sus comienzos en todas la catedrales de Andalucía, al menos desde el siglo XV; se enmarca dentro de las festividades de la Inmaculada y del Corpus, variando en ambos casos el color de su indumentaria.

 

  • Danzas guerreras: algunos autores las entroncan con antiguos ritos medicinales, pero hay que las relaciona con ritos de índole vegetativa. En Andalucía parece que llegaron con los repobladores procedentes de las zonas castellanas tras la conquista cristiana. Se conservan, entre otras, en la localidades de Obejo (Córdoba), en honor de su patrón San benito, la danza llamada del "patatús" o "bachimichía", aludiendo a la sucesión de pequeños saltos que dan los danzantes; en la Puebla de Guzmán (Huelva), en honor de la Virgen de la Peña y en el Cerro de Andévalo, también en San Benito. Son danzas realizadas con los palos que se cruzan y descruzan haciendo figuras que llegan incluso a un simulacro de "ahorcamiento" al maestro de la danza.

 

  • Danzas agrícolas: cabe señalar "el zángalo" ejecutadas en la Ribera del Genil en época de recolección, es una de la pocas danzas mixtas, ejecutadas por hombres y mujeres, que se conservan; el "chacarrá" de Rute (Córdoba) está también en esta línea y parece tener su origen el la aldea de Nacimiento.

Son estas líneas un ligero apunte de la enorme riqueza que Andalucía presenta en el capítulo de las danzas, tan desconocidas por otra parte. Sirvan simplemente para despertar la curiosidad de todos aquellos que quieren adentrarse en las costumbres que nos legaron nuestros mayores y que hemos de transmitir a nuestros hijos.

M Carmen Medina San Román